miércoles, 7 de noviembre de 2012

HISTORIA DE LA IGLESIA

"No se Ama lo que no se Conoce"


El 11 de octubre de este año marca el inicio de una celebración muy importante para nosotros que vivimos nuestra fe católica.
El año de la fe es más que una invitación, un llamado que nos hace nuestra Madre la Iglesia.
¿Quiénes están convocados?  ¡Todos los bautizados!
Es con amor que la Iglesia nos llama a volvernos al Amor que es Jesucristo. Es un tiempo durante el cual la Gracia Divina desea verter sobre el corazón de los creyentes una fuerza que no es otra que la del Espíritu Santo y así, renovados en nuestro bautismo, podamos rescatar "el primer amor".
¿Quién no recuerda el día de su Primera Comunión?
Como ésta, seguramente más de una vez has hecho la experiencia del toque de Dios. Así pues, recordando y valorando "con qué Amor hemos sido amados y a qué precio hemos sido salvados", los hijos de la Iglesia celebramos la fe acogiéndola, celebrándola y, por qué no decirlo, descubriéndola.




San Agustín afirma: "Sólo se ama lo que se conoce" y declarándolo nos acerca a una verdad simple y contundente. Al ser el hombre un ser de deseo (en el amor), su corazón y sus afectos se vuelven siempre a aquello que le apasiona. Poseemos una naturaleza que está herida por el pecado, lo sabemos. El pecado ES UN ERROR porque es contrario al bien que nos es propio.
Esta fractura de la inteligencia y la voluntad que son secuestradas por las pasiones que se desvían, nos procuran una tremenda falta de libertad. Como dice san Pablo: somos esclavos. Pero también dice: "para ser libres nos liberó Cristo" y también el Señor nos dice: "Conoceréis la Verdad y la Verdad os hará libres"



Conocer la Fe es algo indispensable, es fundamental para el creyente. Tener fe no es creer en algo que ocurrirá, no es tampoco, como muchos de manera irónica plantean, aceptar algo que se opone a la razón. No es un reconocimiento intelectual que el hombre otorga a lo que no entiende o a lo que no puede demostrar. La fe primero que nada ES UN DON de Dios que nos permite aceptar una Verdad ante la Autoridad de la Revelación Divina. Creemos las Verdades que Dios ha revelado no porque ellas sean claramente evidentes para nuestra razón en sí, sino porque Él lo ha dicho, porque se apoyan en la Autoridad de Dios que no puede engañarnos ni engañarse.

Así pues, queridos hermanos y amigos, tenemos por delante un bello programa para este año: redescubrir nuestra fe.
¡Que no la tienes!  ¡PIDELA!... 
Ya te decía, es un don y Jesucristo nos invita con confianza a pedir: "Pidan y se les dará, busquen y encontrarán. Porque el que busca encuentra y al que llama a la puerta se le abrirá". Mt 7,7-12
 
Es necesario antes de revisar la Catequesis del Credo asegurarnos de renovar el Kerygma. ¿Qué cosa es eso? Es el ABC de la Fe cristiana. Son los hechos que han ocurrido y mediante los cuales es posible que el hombre sane al punto que viva en el bien que desde el origen le es propio. Cristo se hizo hombre, murió por mis pecados y resucitó al tercer día y venciendo a la muerte me ofrece libertarme de mi pecado y restaurarme haciéndome una nueva criatura a la que se añade por virtud de la gracia la vida en el Espíritu Santo. En Cristo hemos sido adquiridos por Dios de tal modo que ahora somos sus hijos de adopción.
No hay mayor don que este. Tomar consciencia de ello es la razón de nuestro júbilo y esperanza perfecta.
 
Conocer el Credo, saber la Catequesis, no me asegura una vida nueva. Si mi corazón no es habitado por la Persona de Cristo ¿en virtud de quién podré decir a estas "montañas" que se hagan a un lado para continuar el camino de la bienaventuranza a la que Dios me ha destinado?
Es así que el primer paso es volver a Cristo, A LA PERSONA DE JESUCRISTO, volver al primer Amor, este Amor que hace que pueda amarme y amar a los demás con justicia y rectitud... sin excesos... sin defecto. Este Amor que sustenta mi Esperanza y que la torna inquebrantable.




Ya firmes en la Fe, instaurados en la misma Persona de nuestro Señor Jesucristo, es necesario el compromiso con la Comunidad. El ser humano ha sido creado por Dios para la Comunión. Uno de los sufrimientos más espantosos de nuestros tiempos es la soledad en la que se encuentran muchas personas. No son solamente los ancianos que son puestos de lado como si fueran cosas que ya no sirven. Son también los hijos para los que muchos padres no tienen el tiempo de amar. Ellos no lo saben. Creen que lo hacen, pero no entienden que las cosas no remplazan al amor. Por eso, los hijos se han perdido en diversas experiencias de muerte buscando el amor que no encontraron donde debían. Es la soledad de las parejas destruidas que buscan rehacer una felicidad que no consigue ser tal porque está plagada de condiciones y cálculos que se esbozan para no sufrir, o por lo menos para sufrir menos.
Terrible paradoja, espantoso error que nos hace sufrir aun más y lo que es peor, de un sufrimiento al cual no le podemos dar un norte porque no proviene de la Providencia permisiva de Dios sino antes de nuestra necedad y obstinación que tanto se parece a la del hijo pródigo que embriagado de deseos de goces desordenados despilfarró sus bienes a causa de la inmediatez. Lc15,11-32

¡Es necesario fortalecer a la familia y es necesario volver a la Iglesia!  Somos comunidad de fe y de amor. Esa es nuestra identidad y allí tenemos nuestras raíces y nuestras alas para que la vocación que todos hemos recibido pueda desplegarse con generosidad. Nada en esta vida nos dará mayor plenitud de felicidad.





Hay no pocas personas que dicen: "Yo soy católico pero a mi
 manera"
¿Existe una manera de ser católico...? ¡Sí!  Y literalmente es UNA SOLA MANERA. Es a la manera de Jesucristo. El Señor ha dicho: "El que no está conmigo está contra mí". Lc11,23
Cuando alguien dice ser católico según su modo no dice otra cosa que tiene sus condiciones. Curiosamente esas condiciones no van nunca en el sentido de la virtud o de la santidad sino por el contrario siguen los pasos del que quiere vivir con un dios que se acomode a esas condiciones que él impone. Este es el origen de las sectas.
También no son pocos los que dicen "yo seré un buen católico el día que la Iglesia cambié, que salga de ese atascamiento medieval en el que todavía se encuentra". Esa es una manera diferente de decir lo mismo. El problema es que quien dice eso está convencido que la Iglesia se encuentra en el error. De allí que la Iglesia "debería cambiar". Pero eso es otro grave problema que tiene que ver con la percepción de la realidad. "No es la Iglesia que tiene que cambiar sino que soy yo que debe de hacerlo". Da razón de esto mi propia vida.
Sumemos a todas estas "razones" otras más que son reales y pasan por una mala experiencia con personas puntuales: 
  • "El cura me trató mal", 
  • "Me juzgaron en el grupo al que pertenecía", 
  • "Tal persona me traicionó" 
  • "Me ha decepcionado, prefiero vivir mi fe yo solo y con Dios...". 
  • La lista puede ser más larga por eso lo resumiremos con un etcétera.
Por un lado esto pone en evidencia la tremenda responsabilidad que tenemos frente a nuestros hermanos cuya fe aun no se ha fortalecido, pero por otro lado nos muestra que somos inmaduros y que concebimos la fe bajo el parámetro de la afectividad y de la respuesta de los demás.

Nuestra fe se orienta hacia la persona de Jesucristo. Es en Él que yo he puesto todas mis esperanzas seguro que no me traicionará ni me decepcionará. II Timoteo 1,2 
Y respecto a mis hermanos la mirada que corresponde es la de encontrar en ellos a Cristo pero sin olvidar que tanto ellos como yo somos pecadores, es decir que poseemos una naturaleza herida, que falla y que está en proceso de restauración.
Aun si me parece que ese proceso en el otro dura una eternidad no puedo someter la fe a Dios a las acciones o reacciones de mi prójimo. Conviene entonces madurar y conviene del todo no juzgar y recordar lo del salmo 50: "De la culpa nací. Pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero..." 




Conocer la Historia de la Iglesia es otro de los fundamentos que nos permite amarla más y mejor y se ama a la Iglesia cuando amamos a nuestros hermanos. También este conocimiento nos da una perspectiva nueva gracias al testimonio de tantos hombres y mujeres que, durante más de 2000 años, han vivido sus vidas para Cristo en la Iglesia y han dejado una huella que ahora nos resulta no solo de gran ayuda sino también, cómo no, una fuente de inspiración y un testimonio formidable. También conocer la historia de la Iglesia nos da consciencia de su realidad no solo Divina sino también humana y nos recuerda que todos somos responsables de que la Gloria de Dios se refleje en cada uno de estos miembros que forman en conjunto el "Cristo total".


Por ello y por otras razones que tienen que ver con esta capacidad de ASOMBRARSE frente a las obras de Dios, es que te propongo querido lector acercarte a la evidencia que nos ha dejado la historia. Cristo se encarnó en el seno Virginal de María y desde ese instante el mundo y la historia de los hombres ya no será igual. Surge un antes y un después y nuestros días marcados por el tiempo no son ajenos a estos renglones que se siguen escribiendo y de los cuales los hijos de Dios somos los protagonistas.


SINOPSIS

Esta es una serie que ha sido emitida íntegramente por la cadena italiana RAI 1. Este documental abunda en detalles de lo que constituye más de 2000 años de historia de la Iglesia Católica. Tejida de victorias y derrotas, santidad y debilidad, la Historia de la Iglesia es fundamental para comprender por un lado la pedagogía de Dios y por otro lado para valorar y vivir con plena consciencia la fe católica.
Cada DVD consta de cinco capítulos de aproximadamente media hora a los cuales se puede acceder desde el menú principal.
Se trata de un elemento de consulta valiosísimo, tanto para la actividad pastoral como para la catequética, así como para el público en general, ya que conjuga el rigor de los datos históricos, la orientación teológica y eclesiológica con la belleza de sus imágenes y su música, ofreciendo la posibilidad de ver la historia de la Iglesia como una historia sagrada y no solamente como una sucesión de hechos.



FICHA TÉCNICA

Titulo Original: STORIA DELLA CHIESA
Titulo en Español: Historia de la Iglesia
País: Italia (Rai 1)
Género: Documental Religioso
Idioma: Español
Duración: 495 minutos aprox.
Cantidad de Discos: 4 DISCOS DVD
5 capítulos por disco
Menú Principal
Menú de Escenas
Material adicional
Trailers de otros títulos
Formato DVD5
Región ALL





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