jueves, 27 de junio de 2013

MARÍA DE NAZARET





"Desde ahora, todas las generaciones me llamarán Bienaventurada"

Querido lector de este humilde blog, el día de hoy me he propuesto hablar de un tema sublime y a la vez indispensable en la vida de los cristianos. Se trata de la Inmaculada y siembre Bienaventurada Virgen María, Madre de nuestro Señor.
Resulta difícil entender como el pueblo protestante se ha deshecho en su teología, de un tesoro tan invaluable cual es el rol de la "Teotokos" en el Plan Salvífico de la humanidad. Y digo que resulta complicado comprenderlo porque al origen, Martín Lutero, padre del protestantismo, núnca cuestionó o siquiera hizo referencia a un desacuerdo teológico respecto a la mariología. Queda pensar que la división de este grupo de cristianos ha procurado en el tiempo simplemente, levantar cual murallas que delimitan una frontera, las diferencias respecto a la fe de origen y eso justificaría contestar con una oposición poco probada, lo dispensable que resulta para esa teología el que María sea Madre de Dios, negar su Virginidad, negar la Presencia Real en la Eucaristía, la comunión de los santos, negar el perdón de los pecados mediante el Sacramento, negar la necesidad de la colaboración con la Gracia Divina en tanto y cuanto cada uno debe moverse hacia su propio bien con todos los medios que se tiene al alcance y eso se concreta en el obrar.
Ustedes entenderán después cómo esta grave diferencia influye en el cine religioso del presente.
Dicho esto, simplemente queda señalar que el lugar de la Santísima Virgen María en el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia, es el CUELLO.


Efectivamente, como lo señala San Bernardo, María es el Cuello en el Cuerpo de la Iglesia, porque ella está por debajo de la Cabeza que es Cristo, pero sin ella la Cabeza no tiene vínculo con el resto del cuerpo. Por el cuello pasa el soplo y la respiración, por el cuello pasa y se comunica a ese cuerpo el alimento que le permite vivir y desarrollarse. El cuello es pasaje obligado en un sentido y en el otro.
San Bernardo no se equivocaba cuando decía esto porque esa importancia que tiene María en la Iglesia no fue el producto de un lugar que se ganó o que procuró con sus esfuerzos. ¡No! Ella ocupa ese lugar simple y llanamente porque Dios así lo quiere. Esa es la razón. A Dios le pareció bien así. Y si Dios, quien es el Bien, si Dios en quien no hay error, destinó que ello fuera así, es Dios que tiene la última palabra. ¡Vaya que sí!  No depende de nuestro parecer, ni siquiera de nuestro entendimiento que esto fuera, sea y siga siendo así y no de otro modo.

El cuello está en un lugar discreto. El cuello es humilde porque no demanda la atención o los cuidados que los ojos u otros miembros. El cuello está escondido, pasa desapercibido y cuando se adorna, es el adorno el que atrae las miradas y no lo que lo soporta. Esto también Dios lo quiso así, porque María adora ser la Esclava del Señor.

Podríamos seguir covando y profundizando en las honduras de este manantial transparente que es la belleza del ser de María, pero hace falta ahora regresar al tema del cine religioso.


La película que hoy les presento, es a mi juicio una de las mejores que he podido ver sobre el tema y que desarrolla con inteligencia y sin ligereza la trama de modo tal que el resultado es un esplendido icono de la Toda Pura.

No podría evitar la comparación con otras películas que se ocupan del mismo sujeto. Por ejemplo, si ustedes vieron la película "Natividad", verán que en la elaboración del libreto se cometen no pocos errores teológicos, algunos que rayan con lo casi insoportable por tan alejados que se encuentran del contexto histórico y espiritual. En alguna escena se ve a María discutiendo con sus padres, San Joaquin y Santa Ana, cual adolescente caprichosa, encerrada en sus propios criterios y hacedora de su propia voluntad.  Esto es porque se ignora la vida de la familia judía de aquella época, sin contar que se ignora que una actitud tal no corresponde a la Inmaculada.
Uno comprende que ocurra tal desliz cuando se entera que la directora de esa producción recurrió a unas fuentes protestantes por serlo ella también y hasta podemos notar que hay una intencionalidad de simplificar a tal punto la humanidad de María que termina siendo una mujer casi ordinaria. 

Qué diferencia es la que aparece frente a aquellas escenas logradas con maestría por el Director italiano Franco Zeffirelli en la película "Jesús de Nazaret" 


Esta vez, es otro director italiano de nombre Giacomo Campiotti, el mismo que nos sorprendiera con su película "Prefiero el Paraiso" y que de forma tan bella nos acerca a San Felipe Nerí. Antes ya lo había hecho con la película del Santo médico de Napoles, Giuseppe Moscati y mucho antes con esta pieza esplendida de la esclava sudaneza que se santificó transformando su sufrimiento en amor. Me refiero a Santa Josefina Backita.  
Por todos estos antecedentes, Campiotti realiza filmes de una factura conveniente, por decir lo menos. 
Esta vez, logra con su propuesta una aproximación muy detallada y delicada que resalta las virtudes con las que Dios coronó a esta mujer de Nazaret, quien terminó siendo nada menos que la Madre de Dios.

La historia no se auto impone un límite que estaría establecido por las Sagradas Escrituras. Campiotti hecha mano a un recurso que no deja de ser arriesgado, porque si lo comparamos con otras películas de otros directores, terminan convirtiendo lo que podría haber sido una bella historia en un desastre mayor. No es este el caso felizmente.
Aparece junto a María, otra María, la de Magdala. En la ficción de Campiotti ellas son amigas y contemporaneas.


El paralelo no es una coincidencia. El propósito es mostrar las dos realidades: aquella que le es propia a Eva y aquella que no puede ser sino la de la Nueva Eva. Es el paralelo entre el hombre viejo y la criatura nueva, entre el pecador y el redimido, entre un antes y un después de Jesucristo, quien "pasó por el mundo haciendo el bien"
La María Magdalena que vemos es una joven alegre cuyo corazón posee de diferentes formas el bien pero que, a la ocasión de un trauma cual fue la lapidación de su madre permitida por su propio padre, este bien interior se trastorna y se desordena a tal punto a causa del dolor, que se va desfigurando paso a paso producto de elecciones siempre alentadas por el espíritu del mal y que adquieren una secuencia decadente.
Por su parte, María Santísima "observa todas estas cosas en el silencio activo de su oración". No es tanto lo que dice como lo que hace. Ella no da consejos, ella está allí para darse, para entregar su presencia. Su sonrisa discreta no pronuncia un juicio frente a un mal que aparece obvio. Ella no critica. Ella ora y trata de comunicar su compasión en la forma en que solo el amor sabe hacerlo.


El mal surge encarnado en el personaje de Herodías, la mujer de Herodes, quien anda a la caza de Aquel de quien se decía sería el Mesías prometido desde antiguo. Esta mujer actúa totalmente tomada por el Malo y le sirve de instrumento opositor, destructor y malidicente.

Finalmente no puedo dejar de nombrar al personaje de San José. Aparece en escena con una serie de gestos y actitudes que obedecen a lo mejor que la tradición cristiana nos dice del padre adoptivo de Jesús. Silencioso, fuerte, protector, sabio, prudente, casto, trabajador y sobre todo lleno de amor por María y por Jesús.


No creo haber visto en otra película referida a la historia de Santa María, la actitud propia que debió guardar San José frente al acontecimiento desgarrador del retorno de María que venía de Aim karem, embarazada. En otros filmes, José grita y dice cosas que diría cualquier despechado. Pero aquí, frente al dolor de un hombre que ha confiado y que ama con un amor puro y fuerte, ciertamente aparece el dolor de lo que ve, pero en lo que imagina está toda la diferencia. El dialogo dice lo siguiente:

María sonriente le dice: -"El que llevo en mí es el hijo de Dios".
José se vuelve y con lagrimas declara: 
"Yo te creo María, pero soy solamente un hombre..."

En otras palabras, José no acusa ni lanza juicio de sospecha sobre la mujer que ama, sino que asume su dolor y lo toma contra sí como diciendo: "el problema no eres tú, el problema soy yo". El misterio de lo que vives me sobrepasa absolutamente.
 Y esta actitud es la que nos acerca mucho a la castidad y nobleza de tan grande santo. Es por algo que la tradición ha querido nombrar al esposo de María con el título de "José, la sombra del Padre".

Les animo entonces a ver esta bella película que recibió no pocos elogios de nuestro Papa emerito Benedicto XVI.






María, Madre de Dios. ¿Qué joven sería capaz de levantarse cada mañana, para trabajar en los campos de olivosde reír y charlar con sus amigossi sabe que estas dos pequeñas palabras - Madre de Dios - algún día se agregarán a su nombreAsombrada por el papel que se le pide a la hora de la venida del Mesías, ella, sin vacilaciones, cumple la misión que su Señor le ha confiado.

En esta aproximación respetuosa a la vida de la Santísima Virgen María, el director Giacomo Campiotti, (SAN JOSÉ MOSCATI - PREFIERO EL PARAISO, SAN FELIPE NERI-BAKHITA) nos conduce desde la Anunciación hasta el Domingo de Pascua por la vida de María, asumiendo un tema delicado a la sencibilidad del creyente y por tanto muy difícil de representar para el séptimo arte. Ayudan a tejer el tapiz emocional de la vida de la Virgen María, los hombres y las mujeresde su alrededor, el principal de ellos es José, Justo y Casto, un hombre de carne y hueso que se ve enfrentado al misterio que envuelve a María  y por el cual renuncia a muchos de losderechos y privilegios del matrimonio. Ello le hace partícipe de tal misterio y protagonista importante en la Obra de la Redención.

También aparece como personaje secundario y de contraste, María Magdalenacegada por la opulencia del deslumbramiento de la corte del rey Herodes y seducida por Herodías, hija adoptiva del rey Herodes, quien la arrastra a cometer diversos delitos. María Magdalena representa a la humanidad que conoce sin excepción el drama devastador del pecado que le desfigura y atormenta, pero a la vez, pecado que es causa de la venida del Mesías e instaura un camino de retorno para todo aquel que quiera volver a Dios.










Título Original: María di Nazareth
Título en Español: María de Nazaret
Director: Giacomo Campiotti
País: Italia, Alemania y España
Año: 2012
Idioma: Español
Duración: 200 minutos
Música: Guy Farley
Actuaciones de: Alissa Jung,
Paz Vega, Andreas Pietschmann,
Luca Marinelli, Nikolai Kinski,
Remo Girone, Antonia Liskova,
Thomas Trabacchi y Andrea Giordana
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