lunes, 21 de diciembre de 2015

DIOS NECESITA HOMBRES



Habrá que entender esta afirmación en el sentido correcto en que está hecha. Primero digamos lo contrario: "Dios no necesita de nada ni de nadie", porque Él es suficiente a Sí Mismo.
Alguno se preguntará:¿y puede ser feliz en su inmensa soledad? Puede ser feliz, pero no está solo porque Dios es Familia. Él es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Por eso, desde esta posición podemos de manera más perfecta comprender su Misericordia Infinita, porque no necesitando de nada y a nadie, ha querido hacerse pobre y abajar su condición Divina a la nuestra, que es la humana.
Dios , que nada necesita, te dice: "Te necesito para hacerte feliz"
¡Es tan grande su amor que nada lo detiene!

Pero quien habla de amor habla de relación. Dios ama a todas sus criaturas y por supuesto, a todos sus hijos. Pero...
pero no todos le aman a Él, principalmente porque no le conocen, porque es imposible conocer a Dios y no amarle.


Cuando escribo estas líneas, nos separan tan solo cuatro días de la fiesta de Navidad y será está bella película de Jean Delannoy, el pretexto para centrarnos en tan hondo, feliz y a la vez doloroso misterio.
En la isla de Sein, allá por las extremidades geográficas del viejo mundo, se encuentra Finisterre. Los mares Normandos conocen entre sus islas a una, la más pequeña, habitada por unos seres pobres, hasta cierto punto miserables, sobre todo bajo la mirada distante de los que se encuentran en el continente y que "todo lo tienen".
En esta gente se enclava una paradoja: 
nada tienen, pero teniendo una sola cosa, todo lo tienen.
Ellos no tienen madera, no tienen pan, no tienen agua dulce, no tienen cosas elementales y básicas para una vida que se pueda decir digna. Sin embargo, siendo tan grande su pobreza, hay un tesoro en esta Isla que es su Iglesia y la fe enclavada en el corazón.
Ellos núnca faltan a una Misa. Saben bien de su indigencia, no niegan su pecado, pero justamente por eso tienen más sed del amor y perdón divino que del agua que tampoco poseen.

Mucho trabajo nos costó encontrar esta película. Mostrada en los cinemas allá por el año 1949, fue filmada con bastante más anterioridad  (1940) y trabajando en la traducción de los textos y diálogos, no pude evitar pensar en la situación de nuestro mundo...


Este mundo que no es una isla precisamente y sin embargo, sus habitantes huyen de la relación para establecer un vínculo virtual de imaginarias emociones con una tecnología que ha llegado para quedarse - dicen algunos- pero que, con el perdón de la palabra, es como una droga que estupidiza a quien se adhiere a ella cual prótesis que le resulta indispensable para seguir viviendo... 
 ¿Qué vida es esa?
Mundo que todavía puede tener acceso a los Sacramentos para la salvación, y sin embargo, mundo que vive con total desinterés de los mismos y de la vida de un alma abandonada por aquel que la posee. Cierto es, ignorando totalmente que el tiempo que tenemos los mortales es muy fugaz y siempre, año a año, nos va demostrando que la sed sigue allí, cada vez más fuerte porque es sed de infinito. Y el opio de amores minúsculos y del amasar de bienes efímeros posterga esa decisión de manera que al terminar los días, esa vida, ese hombre, habrá fijado su futuro para siempre. ¿Por qué razón - diganme ustedes - habría de ser la vida futura de un tal, más feliz que la que viene de terminar...?
Un infinito eterno por el que no nos preocupamos muchos y que determina el peso de la propia existencia en la balanza de una sabiduría que sabe discernir lo fértil de lo estéril.

Esos habitantes de la Isla de Sein tenían lo que esperemos no le falte a ninguno de nosotros: la fe. Fe pobre, dirá alguno: muy elemental, pero es la fe del pueblo que conoce a Dios por caminos que solo los pobres han recorrido...

No les dejaré sin antes comentarles algo que tiene que ver mucho con el tema del filme que es poseer en plenitud a Dios.
Hace dos días, en una radio comercial muy sintonizada en Lima, un grupo de psicólogos y especialistas en la salud mental debatían respecto a "La tristeza de la Navidad". Unos, a mi juicio muy ligeramente, se animaban a afirmar que mucha gente se deprime en Navidad. Otros, los menos, más juiciosos y exigentes decían que no se puede hablar de depresión como tal, sino de una cierta pena que puede mentarse como melancolía.
¿Por qué? ¿Por qué siento tristeza en Navidad...? Muchas respuestas nos vienen a la conciencia:
Porque recordamos nuestra niñez y los momentos felices que ya no son al presente los mismos...
Porque, también recordando la infancia, hacíamos memoria de unas heridas relacionadas con el padre, la madre y los hermanos, heridas que aun estaban abiertas...
Porque antes yo no tenía la responsabilidad de la felicidad de otros y si contaba con la seguridad de aquel que posiblemente hoy ya no está más...
Porque cuando niño gozaba de una inocencia que he perdido en el camino y esa noche me muestra en qué forma me he desfigurado...
Porque la Navidad me remite a una felicidad ideal que nunca logro alcanzar...
Y así, se buscaban varias razones que, en muchos casos pueden ser causa pero superficial, es decir, causa segunda, no primera.

Meditando en ello, estoy al presente convencido que en la Noche de Navidad, Dios derrama sobre todos una GRACIA que nos permite, a los que ya le conocemos, conocerle aún más y sumergirnos en su Misericordia sin fin, y a los que no le conocemos, iniciar una aventura que nunca acabará, porque es una aventura que nos lleva a lo eterno.

La gran tristeza del corazón humano es que Dios viene de noche y desnudo, y tú sabes que no estás listo para recibirlo. 

María y José vienen a cada uno de nuestros corazones y tocan la puerta de nuestra vida con una urgencia. ¡El Amor ya llega, el amor tiene prisa!... el mundo no puede seguir sin recibir al Amor que es Dios mismo, que se ha despojado de todo lo que Él mismo creó. Los que creen que tienen algo, temen a esta visita porque al ver al Dios en forma de un niño desnudo creen que les viene a pedir algo... cuando en verdad su desnudez a venido para arroparnos.

La tristeza no es otra que esta constatación visceral que me muestra que Dios viene y yo no estoy preparado para recibirle. Unos dirán: "No hay espacio, mi corazón está lleno de mil cosas... ve a buscar en otro lugar porque yo no tengo sitio para ti".
Otros dirán, "Yo no soy digno que entres en mi casa... mi casa es un corral, mi casa esta inmunda, mi casa está apestada por el olor del excremento de mis miserias... Dios mío, hay lugar, pero no hay nada en mí que te merézca".
Solo entonces, ese dolor y esa tristeza que se llama compunción y que es la única tristeza que viene de Dios, porque todas las demás vienen del demonio, solo entonces se abre paso la alegría serena y profunda de la Navidad en que nosotros, como los pastores de Belén, nos inclinamos ante el misterio más maravilloso que podamos contemplar: 
"Le ofrecí a Dios mi nada y Él se precipitó sobre ella"

Queridos amigos, la Navidad solo es feliz para los pobres.

Les deseo en este año del Jubileo de la Misericordia una feliz Navidad y que en el interior de cada uno, Jesús pueda nacer y crecer hasta hacernos semejantes a Él.



SINOPSIS

Frente a las costas de Bretaña (Francia) en 1850, en la pequeña isla de Sein, sus habitantes pobres no tienen otra opción más que saquear los restos de barcos que naufragan. El Cura párroco, impotente y triste, prefiere dejar la isla. Cristianos pero sin Cura,  los habitantes de la isla designan a Thomas (P.Fresnay) , el sacristán , para reemplazarlo temporalmente. Este descubre dolorosamente en las confesiones que le hacen sus semejantes la gran necesidad del perdón Divino y con amargura comprende que han quedado abandonados a su triste suerte.
Hermosa Película Clásica del Cine Francés, dirigida por Jean Delannoy que nos confronta a una situación extrema desde varias perspectivas pero que a la vez pone en su real valor el tesoro de los Sacramentos y lo que puede significar vivir privado de ellos al punto de la desesperación.
La actuación de Pierre Fresnay (Monsieur Vincent - San Vicente de Paul) es magistral.
Esta es una película rescatada de viejos archivos, cuya anterior versión solo apareció en formato VHS. Ha sido remasterizada y va acompañada de escenas y extras. 






FICHA TÉCNICA

Título Original: Dieu a bessoin des Hommes
Título en Español: Dios necesita hombres
País: Francia
Año: 1949
Director: Jean Delannoy
Asistente: Pierre Zimmer
Libreto y adaptación:
Jean Aurenche y Pierre Bost
A partir de la Novela de henri Queffeléc
Sonido: Jacques Carrére
Música: René Cloërec
Montaje: James Cuenet
Escenario: René Renoux
Idioma: Francés
Subtítulos: Español
Imagen: 16/9 Remasterizada
Sonido: Dolby 2.0
Actuaciones de:
Pierre Fresnay, madeleine Robinson,
Daniel Gélin, Daniel Ivernel,
Andrée Clément, Lucienne Bogaert,
Marcelle Géniat, Germain Kerjean,
Cécyl Marcyl, Charles Bouillaud,
Louise Andrés, Antoine Balpétré,
Jean Brochard, Jean Carmet,
Georges Cerf, Gérard Darrieu,
Marcel Dalitre, Jean Favre-Berlin,
René Genin, Jerome Goulven,
Jeanne Herviale, Pierre Latour,
Serge Lecointe, Henri Maik,
Christian Martaguet, Albert Michel,
Jean Pierre Mocky, Pierre Jaques Moncorbier,
Raphaël Patorni, Fernand René y
Pierre Salas.
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Menú de Escenas
Menú de Extras
Formato. DVD
Región: ALL
Sistema: NTSC






martes, 3 de noviembre de 2015

LAURA, LA SANTA DE COLOMBIA



Si bien es cierto la santidad es una vocación, no es menos cierto que es la propia de todo bautizado. Esto es así porque la finalidad del Sacramento del bautismo es hacernos hijos del mismísimo Dios y ¿qué meta diferente del Cielo le puede deparar a uno que ha vivido como tal?
Celebramos el domingo pasado la festividad de todos los santos y sin lugar a dudas hay muchísimos más santos que los que conocemos en cuanto a que han sido canonizados. Ellos son héroes.
Cuando mi hijo era pequeño le decía: "Los super héroes existen, ellos tienen super poderes pero los han recibido de Jesús. Por eso siempre defienden el bien y luchan por la verdad".
Estos santos canonizados, como lo es Santa Laura Montoya, a quien dedicamos este artículo, son verdaderamente ejemplares. Son un modelo que ha sido diseñado a imagen del tres veces Santo y cuya vida en varios aspectos desborda la medida de lo que comúnmente llamamos "normal".


Los santos hacen locuras, ellos desbordan la medida y producen en los "cuerdos", en los razonables, la impresión que siempre son excesivos...  Ellos están en otro nivel, en otra esfera. Ellos se han sumergido en el "mundo invisible", como lo dijo bellamente el Cardenal Newman, otro santo. 
Impactan nuestro mundo porque siendo del cielo viven completamente conectados con la tierra. Ese encuentro entre lo natural y lo sobrenatural ciertamente produce un destello que los hace brillar con una luz que no les es propia pero a la que se han hecho familiares progresivamente hasta despuntar las rutas de la perfección.
Decía que hay otros santos. Estos hermanos en la fe que han quedado en el anonimato y que amaron y aman a nuestro Señor y cuyas sencillas obras se difundieron en círculos más humildes como puede ser el del seno familiar, la escuela, el barrio, los amigos, la parroquia. Estas personas buenas cuyas imperfecciones les hacía sufrir y que lucharon por ser mejores, solamente porque Jesús así lo querían.

Laura Montoya es la primera Santa canonizada que tiene nacionalidad Colombiana. Orgullo de su patria al presente.
Testigo de Cristo por donde uno vea su vida tan peculiar.


De ella podemos decir que reunía muchas virtudes, entre otras la caridad, la esperanza, el amor por los humildes, sufría por aquellos que eran discriminados, su fe era lo suficientemente grande como para vencer grandes obstáculos como fueron el de viajar al corazón de la selva colombiana ella sola con un pequeño grupo de mujeres con el único propósito de llevar a Jesús a los nativos de aquellos lugares. Fue perseverante hasta el punto de que su virtud era fácilmente confundida con el capricho y la obstinación. Su fidelidad a lo que le pedía Jesús, no pocas veces la hizo aparecer como desobediente a ciertas autoridades eclesiásticas de la época.
Animosa, inventiva, innovadora, audaz, alegre, muy humana y siempre mujer de Dios, Santa Laura Montoya es un ejemplo para todos nosotros, en estos tiempos en que debemos proclamar el Evangelio a una sociedad que se ha alejado de sus raíces cristianas.


Una vida semejante merecía una reseña filmográfica, una película o algo que nos acercara al testimonio de quién fue Laura Montoya.
La cadena de televisión colombiana Caracol dio el paso con este proyecto que posee el formato de miniserie y en 23 capítulos nos presenta esta obra titulada "Laura, una vida extraordinaria"
¿Qué tan fiel es el argumento de la teleserie respecto a la vida de la primera santa colombiana?  Ciertamente los creadores de este libreto han recurrido y varias veces a situaciones que en la realidad no se dieron tal cual lo presentan. La dramatización de los hechos reales hacen que las perspectivas de las cosas levante vuelo con el riesgo de idealizar al personaje y terminar por desfigurarlo.
No ocurre así con este caso felizmente. Laura es representada cuidando especialmente su sencillez, su humanidad, los momentos de combate interior, de prueba, de duda interior...
Por allí le sacaron un pretendiente, cosa que no tendría por qué no haber sido con una jovencita de belleza natural aumentada por la belleza de su alma. No cierto es el episodio en que el abuelo la lleva a rastras ante el altar para que se case con uno que ella ni conocía.
Pero qué diremos de la gran dificultad con la que vivió sus primeros años, muy cierto lo que nos muestra la serie. Ella, teniendo madre, era tal el grado de la necesidad familiar que termino en un orfanato y no por poco tiempo.


Sin dinero, ingresó a estudiar a la escuela de la alta sociedad de Medellín. Es cierto eso, lo mismo que sufrió tanta discriminación que terminó por retirarse de la escuela.
Cierto fue que se mudó para vivir con una tía y en este paso terminó por recibir la responsabilidad de, nada más y nada menos que a la tierna edad de 18 años, la dirección de un manicomio. 
La directora de manicomio más joven del mundo...
 ¡y le fue muy bien!
Cierto que emprendió el reto de las misiones sin recibir apoyo significativo de nadie, ni siquiera de la Iglesia y que perseveró toda una vida hasta conseguir lo que Jesús le pidió.
Verdadero el hecho que fue una gran maestra, formadora. Grandes capacidades rodeaban a Laura en el ejercicio de la docencia y en este terreno innovó adelantándose en método y forma a los usos de la época. Escribió hasta 30 libros relacionados con la fe, la mística, la catequesis, las misiones y la enseñanza.
Siendo tan buena profesora en más de una oportunidad recibió gran responsabilidad en escuelas de renombre y cierto es que mucha gente le envidió y la mal amó, alguno de ellos difamándola y escribiendo un librejo en que la acusaba de iluminada, mojigata y engaña jovencitas, difundiéndolo como prensa barata hasta conseguir humillarla frente a toda una ciudad. 
Perseguida por autoridades civiles por enseñar la fe católica, rechazada y censurada por autoridades eclesiásticas que no supieron comprender su carisma, todo esto es sacado de la vida de Laura Montoya, razón por la cual, creo yo, vale la pena adentrarse en esta serie que ha recibido elogios debido a las buenas actuaciones, el vestuario y la puesta en escena, logrando transportarnos a aquella época en la Colombia de Laura, que tanto amó y a cuyas gentes tanto bien alcanzó.





Esta es la historia que ocurre a finales del siglo XIX en Colombia. Laura Montoya nace en la ciudad de Jericó y la teleserie aborda en esta primera parte, su niñez y juventud. 
Fue recluida en una suerte de orfanato debido a la súbita muerte de su padre quien fue asesinado, teniendo ella tan solo 2 años. Su madre, joven viuda con 3 hijos pequeños, no podía hacer frente a la pobreza en que vivían, razón por la que debió confiar a Laura a esa institución. Es allí que aprendió a leer y escribir y, varios años más tarde, se proyectó para ser profesora, sobre todo animada en un primer instante por la gran necesidad de su familia. 
Años más tarde y luego de ganarse una beca, ingresa a la universidad, cosa muy poco vista en mujeres de aquella época, pero fue despreciada y rechazada por varias personas debido a su origen. Sufrió muchas persecuciones, oposiciones y humillaciones, no solo por su condición humilde y provinciana sino por tener una visión de la vida muy diferente a lo que la sociedad de aquella época esperaba de una mujer "decente".
Ella, de muy niña, ya tenía una vida de intimidad con Dios. Hablaba con Él, con personajes que veía tan solo ella y otros no. Venían a buscarle las almas de personas difuntas para pedirle oraciones y favores, gracia esta muy extraordinaria y que provocó en el abuelo de la niña un rechazo brutal.
Laura desde esta edad ya sabía que su corazón le pertenecía a Jesús. Cuando su hermana mayor, quien tenía un carácter más soñador le hablaba de sus proyectos de matrimonio, de galantes pretendientes afortunados, Laura no sintonizaba en absoluto con esas ideas. Ella le respondía franca y sinceramente: "déjeme con mi deseo, yo solo quiero ser santa y buena", respuesta que provocaba la ira de su hermana y la de la mayoría de sus contemporáneos.
Perseveró en su vocación y Dios la llamó a realizar una misión extraordinaria: ir a evangelizar a los nativos de la selva colombiana. Nadie hacía esto por aquellos años y lugares. No había sacerdotes o religiosos varones que hubieran emprendido semejante empresa en aquella época. Pero Laura estaba totalmente impregnada con esta llamada, al punto que hasta algunos clérigos de la Iglesia la pensaron loca, obsesionada, caprichosa y la acusaron de desobediente, orgullosa e imprudente. Solamente su padre espiritual, un santo sacerdote, le infundía ánimos y le ayudaba a discernir los designios tan misteriosos de Dios para con ella. 
Finalmente, como Dios lleva a los suyos por los caminos que Él les traza, contra vientos y mareas, esta héroe de la fe y la Caridad cristiana, emprende y logra su cometido, abriendo un capítulo excelente en la evangelización de Colombia. Nunca vio su comunidad religiosa establecida como tal, aunque estuvo frente al Santo Padre, el Papa Benedicto XVI para solicitarle le diera permiso para anunciar el evangelio a los nativos como misionera.
Aventúrese a conocer esta adaptación de la vida de Santa Laura Montoya, que no pretende ser una copia fiel de su biografía, pero si resaltar sus valores cristianos, morales, su enorme fortaleza y también una imagen más encarnada de lo que son los santos, hombres y mujeres, con sus propias limitaciones y debilidades como todos, pero a diferencia de la gran mayoría, abandonados totalmente en las manos de Dios, quien resulta ser el verdadero Amor de sus vidas.




He aquí la Miniserie que relata la Vida de Santa Laura Montoya. Se estrenó en Colombia en julio del 2015 y ahora ya la tenemos en Perú.

El papa Francisco cuando la canonizó dijo :

La llamó "Maestra y madre espiritual", a esta mujer que dedicó su vida a la educación de tantas jovencitas y luego a la atención y evangelización de los indígenas olvidados en las lejanas tierras de Dabeiba, nunca imponiéndoles la fe sino dando a conocer este precioso don "con una eficaz pedagogía que respetaba su cultura y no se contraponía a ella", destacó el Pontífice este domingo.


Santa Laura entendió que la misión de la mujer consagrada no es la de resignarse a una perpetua soltería sino la de renunciar voluntaria y amorosamente a la maternidad física para convertirse en madre espiritual, preocupada y sacrificada por el cuidado de muchas almas necesitadas. Su consagración, altamente fecunda, consistió en donarse a Dios por medio de obras que contribuyeron al desarrollo y la justicia de muchos pueblos necesitados. 

"La fe no puede vivirse aisladamente", nos recordó el Papa. Esta mujer tenía en su corazón el fuerte anhelo de trabajar por los indígenas. Sufría particularmente por su olvido y aislamiento. Entendió que si no respondía a este impulso interior su vida no tendría sentido. Pero no se quedó aisladamente contemplando un sueño irrealizable. Más bien tuvo la valentía de compartir esta visión con otras jovencitas con quienes halló una alta sintonía porque ellas también tenían inquietudes similares. Así se convirtieron en el grupo fundacional de las lauritas. 

Su ejemplo nos enseña "a vencer la indiferencia y el individualismo, que corroe las comunidades cristianas y corroe nuestro propio corazón", duras pero sinceras las palabras del Papa. 

Santa Laura supo contrarrestar estas dos actitudes tan dañinas y poco ejemplares acogiendo a los demás "sin prejuicios, sin discriminación, sin reticencia, con auténtico amor", dando lo mejor de sí misma y entendiendo que evangelizar es anunciar el mensaje de Dios y no hacer proselitismo de tal o cual organización. 

En dos párrafos el Papa sintetizó la vida paradigmática de esta mujer de quien tanto se ha escrito y hablado. Su canonización es una oportunidad para hacernos pensar y luego actuar. Para que desde la realidad concreta de cada quien, "los amados hijos de Colombia continúen trabajando por la paz y el justo desarrollo de su Patria", como exhortó el Papa al finalizar la misa.




Título Original: Laura, una vida Extraordinaria
Título en Ingles: Laura, an Extraordinary Life
País: Colombia
Año: 2015
Director: Juan Camilo Pinzón
Musica: Diego O. Rozo
Fotografìa: Manuel Castañeda
Contenido: Miniserie de 23 Capítulos
Basada en la vida de la Educadora, Misionera
 y Santa Colombiana, Laura Montoya
Idioma: Español
Imagen: HD 16/9
Sonido Dolby Stereo
Producción: Caracol TV
Lugares de Filmación:
Medellín
Bogotá
Santafé de Antioquia
La Caja
El Retiro
Época de Ambientación:
1887-1930
Primera Emisión: 29 de julio del 2015
Último Capítulo: 01 de setiembre del 2015
Actuaciones e Interpretaciones de:
  • Julieth Restrepo - Laura Montoya (joven)
  • Linda Lucía Callejas - Madre Laura Montoya
  • Adelaida Buscató - Clarissa Montoya (joven)
  • Marcela Carvajal - Clarissa Montoya
  • Pilar Álvarez - Dolores Upegui
  • Jose Restrepo - Juan Antonio Montoya
  • Elizabeth Minotta - Ana Lucía (joven)
  • Sandra Reyes - Ana Lucía
  • Julio Sanchez Coccaro - Padre Ignacio
  • Alberto León Jaramillo
  • Lorena García
  • Mabel Moreno
  • Ana Harlen
  • Jessica Barragan Zappala
  • Ana María Arango
  • Jhon Mario Rivera
  • Carlos Manuel Vesga
  • Rafael Bohórquez
  • Ricardo Vesga
  • Ana María Sánchez
  • Ricardo Mejía - Adolfo Peña (joven)
  • Juan Carlos Messier - Adolfo Peña
  • Victor Hugo Morant
  • Biassini Segura - Padre Perdomo (joven)
  • Julio Cesar Herrera - Padre Perdomo
  • Luis Miguel Gonzalez
  • Jhon Alomia - Jeremias
  • Leonardo Acosta
  • Lorena García Escobar - Victoria Peña
  • Juliana Velásquez - Marianita
  • Francisco Bolívar
  • Oscar Salazar
  • Naira Castillo
  • Nelson Camayo - Carlitos Yaguaré
  • Victoria Gongora
  • Andrea Nieto
  • Christophe De Geest
  • Hernan Mendez
  • Maria Cristina Galves
  • Ana María Sánchez
  • Diego Guarnizo - Tomás Carrasquilla / Saturnino
  • Gilberto Ramírez
  • Lucho Velazco
  • Alberto Carreño
  • Marcela Vargas
  • Julio Correal
  • David Noreña



PRIMERA PARTE

DISCO 1: Capítulos 1 y 2
DISCO 2: Capítulos 3 y 4
DISCO 3: Capítulos 5 y 6
DISCO 4: Capítulos 7 y 8
DISCO 5: Capítulos 9 y 10
DISCO 6: Capítulos 11 y 12



SEGUNDA PARTE

DISCO 7: Capítulos 13 y 14
DISCO 8: Capítulos 15 y 16
DISCO 9: Capítulos 17 y 18
DISCO 10: Capítulos 19 y 20
DISCO 11: Capítulos 21 y 22
DISCO 12: Capítulo 23
 y Documental: "Santa Laura Montoya, Misionera"

Duración de Cada Capítulo: 50 minutos aproximadamente.
Duración Total Aproximada de la serie: 1200 minutos
(20 horas)
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conteniendo mucha información
y primicias de nuevos lanzamientos.
Formato: DVD5
Región: ALL
Sistema NTSC