martes, 19 de octubre de 2010

PADRE PÍO



En la anterior entrada hablamos de la purificación pasiva y de la vida mística.
Los santos son nuestros hermanos mayores porque vivieron de una manera extraordinaria lo que nosotros
estamos llamados a vivir de manera ordinaria, según nuestra propia vocación, nuestro estado de vida y aquel lugar en el que Dios nos ha puesto para recibir lo que luego debemos dar.
Hermanos mayores que nos enseñan, nos previenen, nos advierten y exhortan a avanzar en el único y estrecho camino que conduce a la salvación eterna.
San Pío de Pietrelcina, conocido también como el padre Pío, es un sacerdote Franciscano de la familia de los Capuchinos que marcó la espiritualidad católica con sus dichos y sus hechos.


Fue puesto a parte desde el vientre de su madre, como Juan el Bautista, para recibir la misión de ser un signo para los hombres de su generación y para toda la Iglesia. 
Francesco Forgione, que era su nombre de pila, desde muy temprana edad y con toda naturalidad tenía conversaciones con su ángel de la guarda y esto ocurrirá durante toda su vida. Después de su primera comunión a los cinco años, veía a la Virgen María y un día vio también a Jesús que en ese encuentro despertó su vocación. En su inocencia el pensaba hasta un cierto tiempo que esto le ocurría a todo el mundo. 
También desde niño sufría ataques del maligno que lo acosaba y trataba de infundir miedo en el pequeño. Pero esto no hizo sino acrecentar su fe y amor por la Virgen y Jesús.


A los 15 años ya ingresaba en el convento Franciscano de los Capuchinos y a los 23 recibía el Orden Sacerdotal. Pero entre tanto, su vida interior se desarrollaba vigorosamente y su salud se fue haciendo muy frágil, cosa permitida por Dios para que nadie confunda a las obras con el Autor.

De los dones extraordinarios que recibió este santo religioso y sacerdote destaca el de los estigmas.
Para el fue cosa muy difícil de llevar porque cuando entró en el convento de san Giovanni Rotondo lo hizo para vivir una vida escondida, humilde y en la oración. Pero el Señor tenía otros planes para el, sabido es que "El exalta a los humildes"
Otra gracia que recibió fue el don de la bilocación, el don de hacer milagros, el de curación y el de la palabra de conocimiento, este último carisma se manifestaba de manera muy aguda, sobre todo en el confesionario donde pasaba jornadas enteras hasta muy entrada la noche porque veía la urgencia y la prisa que tenía Dios en rescatar a los que se perdían. Para el era este el lugar de combate con el demonio quien le buscaba y atacaba permanentemente.


El padre Pío tuvo que sufrir mucho por amor a Jesús. la Iglesia abrió un proceso de investigación para someter a discernimiento el origen de sus estigmas. La situación se vio complicada por la incontenible devoción popular que este hecho despertó y la forma cómo las personas venían desde lugares muy lejanos a buscar al santo estigmatizado.
Su fecundidad espiritual es grande, formó grupos de oración para promover la fe y la practica de la vida devota. Subrayó la infinita importancia del sacrificio Eucarístico y el don que recibimos del altar.
Su preocupación era los pobres y enfermos, razón por la que, por mandato de Dios, emprendió la construcción de un hospital y un centro de acogida al que llamó "Casa del alivio del sufrimiento".
Pero su legado es también el que recibimos cada uno de nosotros, su ejemplo de amor y fidelidad a Dios. Ejemplo que nos lleva por el camino de la perseverancia en medio de todas las dificultades que puedan surgir.
El Padre Pío, como ocurre con todos los santos, continúa su misión de intercesión en favor de la Iglesia que peregrina. Podemos en verdad contar con este "hermano mayor" que brilla hoy en el firmamento de nuestro amado Dios.



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LA PELÍCULA



Con alegría vemos desde hace algún tiempo que en diferentes partes, algunos cienastas dedican tiempo a este tipo de películas. Hay un resurgimiento del cine espiritual que no es masivo, pero que aparece como respuesta a la inquietud que más justo sería llamar sed espiritual.
Vimos desde hace tres decadas desplegarse el proyecto de llevar al cine toda la Biblia y así aparecieron en diferentes capítulos del Génesis al Apocalípsis, toda la Historia Santa llevada a la pantalla chica.
Recuerdan seguramente ustedes que algunos años atrás durante la Semana Santa, siempre proyectaban las mismas películas. Luego vinieron otras producciones como la del Juan XXIII, el Papa de la Paz, Santa María Goretti, Santa Rita de Cascia y entre otras, esta que comentamos hoy, la del padre Pio.
Por lo que significan y por ser ellas instrumento para la evangelización es bueno y necesario comprometer nuestra oración para que Dios siga obrando en el mundo del arte cinematográfico, mundo que como sabemos es contrario a la fe y otras muchas contrario también a la verdad.


Carlo Carlei, director de esta película, consigue con ella y de lejos su mejor logro.
Posteriormente lo vemos aparecer en el filme "La última legión" pero no obtiene el resultado que tiene la historia del padre Pío. Por su parte, Sergio Castellito, reconocido actor italiano, interpreta con mucha eficiencia y gran profundidad el papel del santo sacerdote.
El telefilme es generoso en detalles y en el tiempo. Son 200 minutos durante los cuales el espectador no pierde el interés por lo que se muestra. Este es el mejor signo de una buena realización, tanto más si el contenido es bastante fiel a la historia real en cuanto al fondo.




Alguien decía que la película había exagerado demasiado con respecto al tema del demonio en la vida del padre Pío. No lo creo, puedo decir exactamente lo contrario. Como el santo Cura de Ars, san Pío de Pietrelcina estuvo permanentemente acosado por el maligno. En la hagiografía vemos como algunos santos conocerán estados de obseción y opresión como parte de su crecimiento interior. Es cierto, no se crece sino en la prueba, en el momento de la adversidad el santo recurre a su Fuerza que es Dios y en el se forjan todas las virtudes que serán las victorias de cada combate espiritual.
Le conocía también porque los santos son prudentes y sabios. Nadie va a la batalla sin conocer a su enemigo, sería un desastre hacerlo. padre Pío decía:
"El demonio es como un perro rabioso atado a la cadena; no puede herir a nadie más allá de lo que le permite la cadena. Mantente, pues, lejos. Si te acercas demasiado, te atrapará"



Es de resaltar como a medida que va transcurriendo su vida, el padre Pío crece en santidad y en fecundidad. Los hijos espirituales no son pocos. La película muestra solo algunos rostros, pero los hijos espirituales del padre Pío van desde sacerdotes, religiosos, laicos celibes y matrimonios. El habla con la autoridad que le da el Señor. Vienen a presentarle desde las cosas más simples hasta las complicadas. Siempre hay una respuesta que es acogida como venida de Dios.
Son muchas las personas que encontraron la fe a través de la interseción y el encuentro con este santo hombre.
El consejo que más resonó en el interior de los que le escucharon fue el siguiente:
"Reza, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oración..."



Finalmente les animo a hacer todo lo posible por ver esta película, les aserguro que algo bueno les dejará, algo que habrá que guardar en el corazón y meditar.
Se dice que no somos nosotros que escogemos a los santos sino que son ellos los que nos escogen.
Cada uno tiene una llamada personal y particular y esto hace que tú y solamente tú puedas amar a Dios de esa manera única.
¿Comprendes el alcance de esto...?
Hay dos cosas que Dios no tiene y que solo uno como persona individual puede ofrecerle. En primer lugar su pecado. De cierto que es de uno y es algo que no le pertenece a Dios, pero el ha muerto literalmente en Cristo para que se lo entregues y no lleves esa carga inutil y paralizante. Y la segunda cosa es tu sí. Nadie puede amar a Dios y a los demás en tu lugar, esto te hace único e irrepetible. Nadie puede decir sí a la misericordia y a la gracia en tu lugar. Eres tú que haciendo buen uso de la libertad puedes escoger ser feliz y siéndolo hacer felices a los demás.
Pero por otro lado también compartimos varias cosas en común y es eso lo que nos hace hermanos en la fe. Entre otras, las dos principales son la necesidad de la conversión y la necesidad de llegar a la meta, alcanzar el fin último de nuestras vidas que es la santidad. Digo esto porque imagino que todos queremos ir al Cielo.
Por eso, después de ver la película recomiéndenla a vuestos amigos, traten de difundirla en medio de las familias.
Es un film hecho para ver en familia.
Las cosas que los niños no entiendan bien, serán la oportunidad para los padres de ejercer esta maravillosa responsabilidad de educarlos en la fe. Esa esa nuestra gran misión, hacer de nuestros hijos hombres y mujeres de bien.
La fuente del bien es Dios, porque no que Dios sea bueno:
¡El ES el Bien...!



Les dejo entonces este trocito de la historia.
En particular me marcó mucho el ejemplo porque es verdaderamente brotado de la sabiduría Divina...
"Todos estamos sentados en un taburete bajo"

"Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: "¿Qué quieres que te haga?" El ciego le dijo: "Maestro, ¡que vea!"
Jesús le dijo: "Vete, tu fe te ha salvado." Y al instante, recobró la vista y le seguía por el camino"
Mc 10, 46-52