VISIÓN: UN FILM SOBRE SANTA HILDEGARD
LA VISIÓN DE SANTA HILDEGARD
Hola queridos amigos del Cine Católico y espiritual.
Hoy comentaremos una película que salio en septiembre de este año 2010 y que ha llamado la atención en tanto que nos acerca a un personaje de la "alta edad media" llamado Santa Hildegard de Bingen.
Creo que para la mayoría de creyentes, sobre todo para aquellos que conocemos más de cerca la vida de los testigos de Cristo, los santos, siempre hacemos esta experiencia de no quedar completamente conformes con el resultado de las películas que van saliendo en distintos lugares y épocas. Por un lado podemos ser indulgentes con los directores en tanto que, referir la vida de un santo es una empresa no poco difícil y cuánto más lo es si esta referencia esta versada en imágenes, como es el caso del cine. Pero, por otro lado, no bajo esta justificación podemos dejar de decir y nombrar los errores y desviaciones que puedan disminuir la calidad del filme.
Comentaré esta película desde mi perspectiva que, aunque particular, no deja de esforzarse por estar impregnada de aquello que enseña el Magisterio y lo que fue realmente la vida del santo del que nos ocupamos.
A favor puedo decir que la fotografía y la banda sonora destaca por sobre todo.
El juego de las luces y sombras que logra la directora Margarethe Von Trotta es de una belleza singular. La música, aunque es merito absoluto de nuestra santa Hildegard, tiene una interpretación muy cuidada lo mismo que el sonido. Los interpretes están todos a la altura lo mismo que la escenografía y el vestuario.
Es el argumento, el desarrollo de la historia que, aunque se adivina que viene acompañado de un real esfuerzo, no alcanza y se queda corto, muy corto, al punto que, desde mi opinión personal, esta película no nos muestra quién fue Santa Hildegard sino que solamente aparecen algunos aspectos y brebes rasgos de lo que fuera su vida, matizados creo yo, con una aproximación afectiva evidentemente exagerada y que no es fiel ni a la historia y menos al ambiente espiritual monástico. Esto último lo digo sobre todo a propósito de la relación afectiva cuasi fusional entre la discípula Richardis y nuestra santa.
Por lo tanto, recomiendo ver la película por los apuntes que hice al principio, pero si alguien quiere conocer a Santa Hildegarde me parece indispensable recurrir a su biografía directamente porque esta película no nos enseñará mucho más sobre ella.
Les invito a poner atención en algunos detalles. En primer lugar los detalles positivos:
- Aunque pueda parecer demasiado crudo, la llegada de la pequeña Hildegarde a sus tiernos ocho años al monasterio de Isibodenberg, en la Montaña de San Disibod en la Diócesis de Speyer, es testimonio de algo propio a la Edad Media. La vida del hombre estaba impregnada de Dios, no solo su vida espiritual sino también la vida familiar, laboral y cotidiana, cosa que por lo demás debe ser así en razón de la unidad de la persona (cuerpo y alma).
Hildegard es la décima hija de Hildeberto y Matilde, padres de la santa y que posiblemente estaban emparentados con la nobleza del lugar y la época. Este gesto es respuesta a los dones de Dios a quien se le consagraba el diezmo de lo que se poseía. Además, Hildegard fue confiada a su madre espiritual, la sabia monja Juta quien no solo le supo prodigar la educación integral, de la ciencia y la moral sino que también la envolvió con su maternal afecto que trascendió tanto por que no solo fue afecto humano sino sobre todo espiritual.
Hildegard es la décima hija de Hildeberto y Matilde, padres de la santa y que posiblemente estaban emparentados con la nobleza del lugar y la época. Este gesto es respuesta a los dones de Dios a quien se le consagraba el diezmo de lo que se poseía. Además, Hildegard fue confiada a su madre espiritual, la sabia monja Juta quien no solo le supo prodigar la educación integral, de la ciencia y la moral sino que también la envolvió con su maternal afecto que trascendió tanto por que no solo fue afecto humano sino sobre todo espiritual.
- Encontramos en la vida medieval esta claridad con respecto a la finalidad de la vida del hombre y por supuesto también de la mujer. La madurez humana se alcanza en el momento en que somos padre y madre. Por ello el hombre de la Edad Media, apegado a una fe que no se desentiende de la razón, sino que, muy por el contrario adhiere a ella, encuentra que hay dos lugares para alcanzar esta madurez: el matrimonio con el fruto de los hijos y la familia y la vida consagrada que desborda en la paternidad y maternidad espiritual.
Esto al presente podría "perturbar a alguno", no importa. Puedo afirmarlo ¡eso no ha cambiado! No se alcanza la plena madurez humana sino por el ejercicio completo de la paternidad, sea esta material por generación o espiritual.
- La liturgia, que como sabemos, es el conjunto de signos y símbolos con los que la Iglesia rinde culto a Dios y se santifica, es un tema importante en la vocación de la santa. Instancia de encuentro con el Trascendente, diálogos de amor y melodía que brota de la glosolalia. Hildegard entendió bien esta enseñanza recibida de su madre Juta. Es extraordinario el desarrollo de las composiciones que realizó la santa, inspirada ciertamente por el Espíritu Santo. Dios le enseñó que la música era un extraordinario medio para sanar el alma. Pero ponga atención, no estamos hablando de cualquier música, sino de la música sacra.
No confunda con la aromaterápia y musicoterapia con incienso incluido. No se trata en absoluto de la moda del newage que de "new" no tiene nada porque es el mismo sincretísmo de antaño.
Vale la aclaración porque, no que otras armonías no tengan la virtud de sosegar el alma humana, ciertamente existen muchas otras melodías. Pero aquí hablamos de una "sanación interior" que sobrepasa lo natural (de lo contrario no sería sanación interior) para llevarnos a lo espiritual y sobrenatural. La verdadera sanación del hombre está en la elevación de su naturaleza herida por el pecado. Esta sanación es la santidad y toda sanación que se pretenda espiritual tiene por fin último hacer de nosotros santos.
_ Y por último quería comentar algo que se destaca bastante en el filme y es la sed de conocimiento en santa Hildegard. ¿Qué es lo que lleva a esta mujer a devorar los libros y envidiar santamente las bibliotecas famosas de la época?. La búsqueda de la Sabiduría. Esta búsqueda es sinónimo de la búsqueda de Dios y la poseen todos los santos. Si bien es cierto, es común a todos los hombres el deseo de conocer, la sabiduría es la sed que poseen aquellos que quieren conocer de la fuente misma, es decir de Dios.
- Hay otros varios rasgos que se pueden rescatar y eso se los dejo a ustedes.
Con respecto a las carencias de este filme sobre todo me gustaría hacerles algunos alcances.
- Aunque no es para nada el problema de esta película si vale la pena mencionar que, no falta quienes buscan ver en personajes como Teresa de Ávila, Santa Catalina de Siena y también en santa Hildegard, las representantes del feminismo de la época. La edad media estaba suficientemente impregnada de Cristo como para caer en errores tan burdos.
Es curioso que en esta edad "entenebrecida por la ignorancia" e insistentemente mentada por algunos hijos de la ilustración como "la edad oscura", las mujeres fueran lo suficientemente dueñas de una sana identidad de modo que esto les pusiera a salvo del error del feminismo que no es otra cosa que un machismo trasnochado
- El comienzo del filme es como un partido de fútbol en el que los rivales anotan un gol en los primeros segundos. Disculpen el paralelo pero algo de eso sentí... una pena.
Esta escena es el fruto de lo que nos enseñaron en las escuelas. Posiblemente ya lo saben ustedes. La historia se reescribió con la aparición de los ilustrados. Desde Descartes y Espinosa hasta llegar a Kant, los filósofos racionalistas se encargaron de mutilar salvajemente la historia impregnándola de prejuicios mentirosos. La primera gran mentira es la bandera que dicta que entre razón y fe no hay posibilidad de comunión. Quien no sabe dar razón de su fe ciertamente debe tener cuidado en lo que cree, si es que en verdad cree en algo porque pueda ser que alguien crea que cree y entonces la vida con sus sufrimientos pondrán a prueba esa fe y vera si en verdad lo era. La otra infame es el tremendo agujero de la línea del tiempo. ¿Qué es esto?. Lo que se enseña en las escuelas. Primero está la Edad Antigua con Egipto, los Chinos, espartanos y compañía hasta que llegamos a la caída del Imperio Romano de occidente y algo se balbucea del Imperio Romano de oriente con Bizancio.
Así, "mágicamente", del 476 d.C pasamos al renacimiento, la edad de las "Luces"en el siglo XVIII.
Y ¿dónde quedaron más de 1000 años de historia...?
"¡Ah, te refieres a la edad media, la edad del oscurantismo y la inquisición...!!!
Bueno, eso no cuenta porque el hombre estuvo alienado por la fe así que no hubo desarrollo, por el contrario eso fue solo oscuridad"
La Edad Antigua estuvo acompañada por la sed del hombre que buscaba lo trascendente y por eso está llena de ídolos que testifican esta ansia por lo espiritual y en medio Israel, principio de la Revelación.
La Edad Media es el tiempo en que la fe cristiana alcanzó al hombre como sociedad y es así como ella se entiende a sí misma, solo desde Dios por cuánto es el fin, El es el centro, Cristo es Rey y Reina en la Iglesia y en los pueblos, en las capillas y conventos como en las familias, las de los ricos y las de los pobres.
Luego viene el Renacimiento, el graciosamente llamado siglo de "las Luces" y el imperio de los racionalistas e ilustrados cuya batalla consiste en destronar a Dios del corazón del hombre y de los pueblos y poner en el centro al mismo hombre que se hace "dios" y con una arrogancia mayúscula y autocomplaciente se da palmaditas a sí mismo para decir: "ahora ya somos modernos".
Esta Edad contemporanea en la que nos toca vivir a tí y a mí ¿qué terminará siendo?
Sumidos en la paradoja del desarrollo vertiginoso de la tecnología que nos pisa los talones y a algunos hasta nos pasa por encima, vemos con no poco estupor cómo en materia de moral y espíritu, vertiginoso es también el espiral que nos aprisiona y en el que termina azotándose una y otra vez nuestra humana naturaleza caída, redimida al precio de la Sangre de Cristo pero enceguecida por su orgullo, ella olvida facilmente y no quiere volverse hacia Aquel que traspasaron.
Por esto alguien dijo y con razón: "El siglo XXI será místico o no será"
Y por ello también es necesario conocer a nuestros místicos como santa Hildegard
Así pues, la película empieza con este tremendo tropiezo cuando muestra a un grupo de tontos creyentes esperando supersticiosamente el fin del mundo a la llegada del primer milenio de la Era Cristiana. ¡ Mi querida Margarethe, revisa tus fuentes!
- Y por último algo que ya había anotado con anterioridad. Yo estoy seguro que si una postulante a monja de la orden Benedictina de ayer u hoy dijera a su superiora lo que en la película dice Richardis, pues inmediatamente la mandaría de vuelta a su casa. Esa relación maternofilial entre Richardis e Hildegard está alejada totalmente de la realidad porque se ha inflado de un modo, para mi gusto, grosero al punto de mostrarla casi alienante. Así que queridos amigos, no se lo crean que la historia va por otro lado.
A contnuación les invito a escuchar una de las muchas melodías cuya autora es nuestra querida santa Hildegard titulada "Caritas abundat in omnia"
Y para acercarnos más al personaje de santa Hildegarde les dejo este video muy interesante... algunas cosas pasaron en la Edad Media... de tanta Luz unos ciegos dicen que se ve solo oscuro.
Acertado comentario, pero me gustaría desaconsejar esta película como católica ya que se concentra en aspectos desprovistos de virtudes en la personalidad de esta gran santa que es una de las probables nuevas doctoras de la Iglesia. Mística, científica y de una inmensa espiritualidad, se ve reducida en esta obra a una persona histérica totalmente prisionera de sentimentalismos obsesivos como la enfermiza relación que pretenden mostrar con su discipula.
ResponderEliminarAugusto Espíndola