FEBRERO 2009. ITALIA.
Agustín, transgresiones de un santo
“Un joven atormentado por las mismas pasiones de hoy”, así rezaba la información publicada en el periódico italiano “Corriere della Sera” el pasado 28 de noviembre. La noticia se hacía eco de la grabación de una serie de televisión sobre la vida de san Agustín. El director de la revista AVGVSTINVS, Enrique A. Eguiarte, analiza los aciertos y errores de la futura serie televisiva.
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Muchos habían sido los intentos de producir una película sobre la vida de san Agustín, uno de los más grandes santos de toda la historia, con una vida digna de novela y con una serie de detalles que fácilmente pueden ser llevados a la gran pantalla. Ahora todas estas intenciones se están haciendo realidad, pues en los estudios Imperium de Hammanet, en Túnez, se está rodando una película que abordará la vida de san Agustín, siguiendo los diversos hitos de su vida, aunque posiblemente añadiendo una serie de elementos que son más propios de la imaginación y fantasía de los productores de la película que de la historia y de la realidad; muchos de ellos son un franco anacronismo, otros, simplemente una adaptación que pueda hacer la película más accesible o comercial para el público contemporáneo. Se trata de una coproducción de Lux Vide (Rai Fiction), Rai Trade, unidas a la empresa cinematográfica alemana Eos Entretainment y a la polaca Grupa Filmowa Baltemia. “La idea de hacer un regalo a Benedicto XVI no sólo se nos había ocurrido a nosotros. Mientras preparábamos el rodaje supimos que nuestros colegas alemanes estaban trabajando en un proyecto similar y decidimos unir nuestras fuerzas”, dice Luca Bernabei de la Lux.
Estreno en primavera
Se trata de un proyecto que costará diez millones de euros y que se estrenará en la próxima primavera, coincidiendo con el cumpleaños del Papa en abril. La película comienza con el final de la historia de san Agustín, con el momento de su muerte en Hipona en el 430, con la ciudad rodeada por los vándalos, como en realidad sucedió en los últimos días del santo. Sin embargo el director de la película, el canadiense Christian Duguay, se imagina, al estilo del siglo XX, que el papa desde Roma le ha enviado a san Agustín una nave para que pueda huir del cerco de los vándalos. Es preciso decir que, en primer lugar, hablar de una figura del papa como la que nosotros conocemos en la actualidad era algo absolutamente extraño para san Agustín y sus contemporáneos; y en segundo lugar, que las noticias no corrían tan rápido en la antigüedad como en la actualidad. Baste decir que la noticia de la muerte de san Agustín, acaecida el 28 de agosto del 430 tardaría más de un año en llegar a la corte imperial, pues le envían invitación para asistir al Concilio de Éfeso en abril del 431, casi un año después de su muerte... En el supuesto de que el Papa, o más bien el obispo de Roma hubiera querido enviar una nave a san Agustín, ésta seguramente hubiera llegado demasiado tarde…
Historia y dramatización
En la película, recordando el hecho de que san Agustín gracias al influjo del pagano y acérrimo enemigo de san Ambrosio, Símaco -y por supuesto a sus inigualables cualidades retóricas-, había sido elegido orador oficial de la corte del emperador adolescente Valentiniano II (contaba a la sazón unos catorce años) y profesor de su escuela palaciega de Retórica, se presenta a san Agustín enfrentándose con san Ambrosio para reclamarle que entregue una basílica para que ésta pase al poder de los arrianos. Como hemos mencionado hay ciertos acontecimientos que son históricos, pero que los productores de la película los han querido presentar de una forma diversa, posiblemente para darle una mayor carga dramática a la película. La historia nos cuenta que efectivamente, la madre del joven emperador, Justina, era filoarriana y por ende quiso entregar la basílica Porciana a los arrianos. San Ambrosio, en un gesto que lo retrata como obispo valiente y celoso, se encerró en esta basílica acompañado de un gran número de fieles. El ejército cercó la basílica para obligarlos a salir, pero no se atrevió a violar el derecho de asilo en sagrado. Fue entonces cuando san Ambrosio, ¿en un golpe de mano?, descubre milagrosamente los cuerpos de dos santos obispos de Milán: san Gervasio y san Protasio. La excitación del pueblo es tal, que una gran muchedumbre llegó a rodear al mismo ejército, por lo que éste ante tal multitud y el alboroto de la masa que quería venerar los cuerpos de los dos santos, se vio obligado a retirarse, y la emperatriz tuvo que olvidar sus pretensiones. San Agustín nos narra parte de esta historia en las Confesiones, no como actor directo, sino como testigo de estos acontecimientos, acompañados de una serie de detalles que sería largo enumerar. La película, los olvida, cambia la historia y posiblemente se pierde una página que es sumamente bella y dramática a la vez.
Actores
En la película el actor Franco Nero es san Agustín en la última etapa de su vida, mientras que Alessandro Preziosi lo encarna en su etapa juvenil. Monica Guerritore da vida a santa Mónica; Andrea Giordana actúa como san Ambrosio; Johannes Brandrup, es Valerio; Vincent Riotta es un tal Macrobio, nombre que los productores de la película dan al maestro de retórica de san Agustín, olvidando que en la carta 16 san Agustín le dirige una carta a uno de sus antiguos maestro de Madaura, el pagano Máximo, quien se burla del nombre púnico de los mártires locales. No hacía falta inventar nombres. Y no podía faltar la concubina de san Agustín, a quien los productores con una mentalidad demasiado moderna y exótica han llamado Khalidà, siendo que san Agustín en las Confesiones nunca menciona su nombre y por ende su nombre es desconocido, aunque de seguro no era tan exótico (ni árabe, pues estos todavía quedaban muy lejos en la historia del Norte de África) como el que los productores le han asignado. Se trata de una película que se une a un gran proyecto, el proyecto Imperium de la productora Lux, cuya última pieza será una nueva versión de la película clásica Ben-Hur.
Fuente: agustinosrecoletos.com